martes, 24 de enero de 2012

Flora.

Hace un par de días, dando un paseo por uno de los pueblos más peculiares de Madrid conseguí ver mi primer madroño (plantado, eso sí), ese arbusto tan simbólico de nuestra comunidad junto al inexistente oso.



Cómo no, utilicé el modo de "macro" de la cámara para fotografiar uno de sus racimos de florecillas. Esto me recordó que tengo otras muchas fotografías de plantas.
Aquí tenemos una pequeña muestra de aquellas que más me han gustado, como esta pequeña florecilla que nos despidió tras el lluvioso día de San Mauricio.



O la del sedoso y gran pétalo de los lirios de agua que decoraban el lateral de una de esas bonitas iglesias asturianas.



Y para continuar con iglesias asturianas, no me puedo olvidar de los tejos de Salas, acompañados por la ermita y el cementerio de este pueblo.



No me puedo olvidar de ese mágico lugar, de ese molino asturiano. Y no es menos para este sitio que esta bonita flor.



Y no, no podía faltar la flor graciosa, esa que se cree un girasol, mirando siempre al cielo azul.



Y para finalizar, el par de lágrimas del abeto que me despidió en las nevadas montañas de Asturias.




3 comentarios:

  1. Qué chulas!! Y qué graciosa la que se cree un girasol!!
    Aprovecho esta entrada para desearte suerte para los exámenes que empezaremos la semana que viene! =D

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  2. Precioso el lirio agua!. Voy a conseguir aficionarte a la plantitas jaja.

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  3. Pues poco a poco. Entre tú y la toxicología vegetal me va gustando. Eso sí, me quedo con los pajarracos xD.

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